Número 3; OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE 2001

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SUMARIO


  • El misterio de unos Magos…
  • Actividades de la Asociación
  • RINCÓN FEDERATIVO….
  • También en la Florida nace Jesús
  • Haciendo Belenes
  • Desarrollo del cursillo anual
  • EL BELENISMO EN LA RED
  • LA EVOLUCIÓN DE LOS NACIMIENTOS
  • SE ACERCA NAVIDAD


    Ya se acerca Navidad.
    Ya llega la conmemoración del acontecimiento que más ha conmocionado la historia de la humanidad.

    Ya llega el aniversario del nacimiento de Jesús, Dios hecho hombre para vivir la vida de los hombres para los hombres.

    Por eso Navidad tiene que ser tiempo de exaltación de valores y de transformación de conductas.
    Por eso la Navidad tiene que ser tiempo de vivir en familia, como Jesús la vivió.

    Por eso la Navidad tiene que ser exaltación de la amistad, de la reconciliación, de la solidaridad y del compartir, del júbilo y de la alegría, de la ilusión, de sanas tradiciones y viejas costumbres.

    Por eso los pueblos y las ciudades y sobre todo los hogares, se visten de fiesta y se engalanan.
    Y entre las galas de que se adornan en esta entrañable ocasión, destaca el Belén, que ocupa lugares de preferencia en templos, y hogares.

    Y a este concierto de ilusión se suma año tras año, nuestra Asociación Belenista de Álava. Y en esta Navidad, no puede fallar a su cita con Vitoria, y una vez más, ofrecerá su muestra Belensita, esperando agrade a todos.

    Feliz Navidad a todos
    Eguberri on guztientzat.




    EL MISTERIO DE UNOS MAGOS…


    Número 3; OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE 2001

    P. Juan Cruz Apodaca

    De los cuatro evangelistas sólo San Mateo nos ha transmitido la narración de la presencia de los Magos en Belén. Nos habla de ellos sin más explicaciones.

    Se acepta que los Magos provenían de Oriente, pero no determina el evangelista de que país oriental. No parece probable que vinieran de Arabia, y menos aún de Etiopía, donde no había magos. Lo más probable es que vinieran de Babilonia, o mejor aún de Persia. Podían ser sacerdotes persas. Por las vestiduras con las que se les representa en las catacumbas y otros edificios religiosos de los primeros siglos del cristianismo, por ejemplo en la Basílica de la Natividad, en Belén, se les asigna este último, como país de origen. Desde luego eran gente docta en las ciencias astronómicas, pero ¿eran reyes? Así lo cree generalmente la piedad de los fieles que les llama Reyes Magos o simplemente los Santos Reyes. Con todo no es probable esto. Entre los padres, el primero que lo afirma es Cesareo de Arles, en el siglo VI. Pero las pinturas más antiguas que hemos citado arriba, los representan sin insignias reales. Y es sintomático que San Mateo, que tanto empeño pone en realzar la regia dignidad de Jesús, nada dice de la realeza de los Magos. Los dones que ofrecieron al niño, sobre todo el oro, inclinaron a pensar que fueran reyes. Pero esto es pura conjetura y leyenda. Respecto a su número hay para todos los gustos, y ha venido variando según las tradiciones y monumentos antiguos que cuentan de 2 hasta 15.. Las pinturas arriba aludidas nos dan el número de tres, y es la cifra que más ha prevalecido. Mucho menos constan los nombres de los magos. Los nombres vulgares de Melchor, Gaspar y Baltasar, ni son primitivos ni son los únicos que se les aplican. Estos nombres se halla, por vez primera, en un códice del siglo VII. El venerable Beda describe así a los tres Magos: Melchor era anciano, de luenga y poblada barba, Gaspar, joven, lampiño y rubio, y Baltasar, negro y de espesa barba.

    El motivo de su llegada a Belén ellos mismos lo dijeron: “¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Hemos visto su estrella y venimos a adorarle” El fin era adorar al rey de los judíos recién nacido. La razón que a ello les movía era haber visto en Oriente su estrella. ¿Qué estrella era esta y qué relación tenía con la aparición del Rey de los Judíos?

    La estrella extraordinaria no parece fuese una estrella fija o algún cometa , ni tampoco la conjunción de dos planetas sino más bien algún meteoro luminoso, pasajero, creado por Dios para significar el nacimiento del Mesías , y señalar el lugar donde estaba. Esta “estrella fue vista por los magos de Oriente, y luego, con mucha alegría para ellos, de Jerusalén a Belén.
    Respecto al tiempo, lo más seguro es que los magos llegaron a Jerusalén no trece días después del nacimiento de Jesús, sino después de la presentación en el templo. ¿Cuánto tiempo después nos consta exactamente? El Evangelista, nada nos dice de si la estrella se les apareció en el instante mismo de nacer el Mesías o algún tiempo antes, por lo que no es fácil averiguarlo.

    El lugar donde los Magos hallaron y adoraron Jesús, algunos creen ser el establo y pesebre mismo donde había nacido. Con todo, San Mateo llama Casa el sitio donde entonces se hallaba el Niño; y que la palabra casa halla de entenderse propiamente, parecen indicarlo las más antiguas pinturas de las catacumbas.

    Es muy tardía la representación del pesebre en la adoración de los Magos.

    Lo que más tarde añade una tradición piadosa es que los Magos que adoraron a Jesús fueron instruidos en la fe por el Apóstol Santo Tomás y que murieron mártires en el s. I de la era cristiana.

    En tiempos del emperador Constantino, sus restos se trasladaron desde Palestina a Constantinopla, primero, y de aquí, a Milán, hasta que el Emperador Federico Barbarroja los regaló en 1164 al Obispo de Colonia, quien edificó, en honor de los mismos un templo sencillo, que se convirtió más tarde en la Preciosa Catedral que es el monumento más preciado de la arquitectura ojival y que les sirve de relicario. Allá son venerados. Un precioso cofre de oro y plata guarda sus reliquias desde el siglo XIII. En el escudo de dicha ciudad, por último, refulgen las coronas de los tres Reyes, junto aun manto de armiño, homenajeando así, a aquellos Magos de Oriente, que fueron a postrarse ante el Niño Divino…

    P.Juan Cruz Apodaca
    Asesor religioso de la Asociación Belenista de Álava.


    ACTIVIDADES DE LA ASOCIACIÓN


    Número 3; OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE 2001


    Estamos ya en Navidad, y como Asociación Belenista que somos, lógicamente, este es nuestro periodo favorito, y más cargado de actividades, que os presentamos por orden cronológico y divididas en Actividades de Inicio de Campaña, y Actividades de Ocio. Deseamos que os agraden, y, por favor, cumplir con los plazos de inscripción establecidos, llamando como siempre al 945 281 314. Sin más, agradecer vuestra intensa colaboración en esta campaña por adelantado, haciendo hincapié en el hecho de que con más personas, mejor saldrán las cosas.

    ACTIVIDADES DE INICIO DE CAMPAÑA


    17 de Noviembre: 1ª Vereda en El Carmen. 8:00h. Puerta de la Exposición.

    24 de Noviembre: 2ª Vereda en El Carmen, con apoyo de Lagunketa. 8:00h. Puerta de la Exposición.

    26 de Noviembre: Comienzo de montaje de belenes 2x2 en la sala de corcho.

    27 de Diciembre: Asamblea General de la Asociación en El Carmen. (Jueves) 1ª Convocatoria 20.00h. 2ª Convocatoria 20:30h.

    29 y 30 de Diciembre: Colecta en la puerta de la Iglesia del Carmen en beneficio de esta Asociación.

    ACTIVIDADES DE OCIO


    13 de Diciembre: Entrega de Premios del XIII Concurso escolar. Inauguración de la Exposición y del Belén del Carmen. 19:30h.

    16 de Diciembre: Pregón de Navidad año 2001 a cargo de Dña. Rosa María Hueto. Teatro Principal Antzokia. 12:00h. Entradas en Pintorería 23 y P.P Carmelitas.

    29 de Diciembre: Comida de Hermandad Belenista, en Bilbao. Respuestas antes del 23 de Noviembre. El precio , aún sin ser fijo, en ningún caso superará las 4.000 ptas. por persona, teniendo que realizarse el desplazamiento en coche particular.

    PREGÓN DE NAVIDAD AÑO 2001


    El preludio de Navidad nos trae una nueva pregonera, para anunciar el Nacimiento del niño Dios. La trayectoria particular de las personalidades, que en años pasados nos prepararon para la fiesta, será adornada con el sentimiento, la idea y la voz de quien lo hará este año. Rosa María Hueto, es nuestra portavoz, portavoz de la alegría de la Navidad 2001, bien conocida en la ciudad, por sus actividades e impulso en la naciente “Misiones Diocesanas de los Ríos”, en el amplio grupo de “Mujeres de Acción Católica”, y la O.N.G “Manos Unidas”, todos ellos bien combinados con su profesión de confitera centenaria, amable, suave, realista y vitoriana. ¿Quiere Ud. un caramelito de malvavisco?

    La Asociación Belenista de Álava, ha pensado en Rosa María Hueto, con la seguridad de que transmitiéndonos a todos sus vivencias, sintamos más y mejor el Misterio de la Navidad.

    RINCÓN FEDERATIVO….
    AL CALOR DE LA LUMBRE


    Número 3; OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE 2001



    Andrés L. Cañadas
    Director de COPE SUR



    Como un remanso de paz en este agitado tiempo que nos ha tocado vivir, cada año, con la llegada del mes de Diciembre se produce, por todos los rincones de nuestro país, el feliz reencuentro con la entrañable costumbre de la instalación de Belenes, Pesebres o Nacimientos, cada uno con su particular estilo según el lugar, pero con la finalidad esencial de conmemorar un acontecimiento que marcó la historia de la humanidad y que no es otro que el Nacimiento, en la pequeña aldea de Belén de Judá, del Hijo de Dios.

    Así viene siendo desde la noche de los tiempos, como lo corroboran testimonios tales como el más antiguo de los textos navideños conocidos y conservados; la antífona “Hodie Cantadus” de Tutilón de San Galo; y así permanece la tradición, recobrada y fortalecida tras unos años en que, con la irrupción en nuestra sociedad de manifestaciones foráneas, llegó a temerse incluso por la desaparición de esta piadosa costumbre, cuyos orígenes sitúan algunos estudiosos de la Iglesia de los padres Jesuitas, de Praga, en el año 1562, seguida pocos años más tarde -en 1567- en la Casa de la Duquesa de Amalfi, en lo que podría considerarse el primer belén familiar y que en lo que a España se refiere parece tener el primer testimonio documentado en la iglesia de los Teatinos de Barcelona, en 1666.

    Con la representación plástica del Nacimiento de Jesús, en templos y hogares; promovidos por Instituciones o por la espontánea iniciativa particular; al que sumarían la maestría de su arte, en su época, imagineros como la Roldana o José Risueño; Francisco Salzillo, Pedro Duque Cornejo o Ramón Amadeu, por citar tan sólo algunos de los más representativos y de la que, a lo largo y ancho de la geografía hispana, existen magníficas obras, como los Nacimientos de Salzillo, sin duda el prototipo de todos ellos, o los de la Catedral de León, el Hospital Provincia de Palma de Mallorca, al Iglesia parroquial de Melgar, En Burgos, o el Convento de las Agustinas Recoletas, de Salamanca; y el llamado “Belén del Príncipe”, que Carlos III hiciera traer desde la fábrica italiana de Capodimonte, para su hijo que posteriormente reinaría como Carlos IV o la maravillosa “Montaña de Coral”, del Monasterio de la Descalzas Reales, en Madrid, entre otros, se ha querido recrear siempre el sublime instante de la venida de Jesús al mundo, teniendo como testigos unos humildes Pastores mientras los ángeles enviaban su mensaje de paz en la tierra a todos los hombres de buena voluntad…

    Y en esta hermosa tarea de preservar la tradición que hasta nosotros, según los testimonios, trajeran los Padres Franciscanos, que duda cabe que las Asociaciones Belenistas, o Pesebristas, cuantos en ellas se integran, quienes se afanan, año tras año, en crear auténticas obras de arte para representar el Nacimiento del Hijo de Dios, sacando del viejo arcón o de un rincón del armario, las figuritas de barro que celosamente conservan, de padres a hijos, como un legado precioso, son los artífices auténticos de que hoy como ayer se siga produciendo el milagro de unir las familias al amor de la lumbre, de ese calor humano que acerca e iguala, que abre los corazones y que predispone al entendimiento entre todos los seres, sea cual sea su condición y procedencia.

    Con la sencilla tarea de montar el Pesebre, Belén o Nacimiento, cuando se coloca el tablero o se habilita un lugar sobre el aparador con la misma finalidad, al extender el serrín o crear mágicas montañas con papel encolado o con corcho, al poner papel plateado como si fuera el agua del río o el cristal transparente con idéntico fin, al ir repartiendo las figuras por la efímera geografía creada en un mínimo espacio, no sólo se está produciendo un verdadero trabajo artístico, que eso dependerá de la más o menos depurada técnica belenista del autor, siempre valioso en todo caso, si no que se está propiciando el clima adecuado para que puedan erradicarse de entre nosotros el odio, la violencia y la injusticia.

    Esa es, verdaderamente, la importancia de la tarea que vienen llevando a cabo, en Cataluña o las Canarias, en Andalucía o en las dos Castillas, en el País Vasco o en Galicia, en Mallorca o Extremadura, en el archipiélago Balear o en el Levante, en todos los rincones de España, en suma, las Asociaciones que promueven y fomentan la piadosa tradición del Pesebre, Belén o Nacimiento, quienes en esta época del año se convierten, con sus públicas o domésticas representaciones en heraldos de buena voluntad, cuyo ejemplo debiera prender y permanecer todo el año…

    Andrés L. Cañadas
    Director de COPE SUR


    “TAMBIÉN EN LA FLORIDA NACE JESÚS”


    Número 3; OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE 2001



    Luis Mª Sánchez Iñigo



    En aquel año de 1962 en que por vez primera se instalara el Belén de la Florida, Vitoria era una ciudad de dimensión ajustada a la función esencial de ciudad como espacio humanizado para propiciar la convivencia y el desarrollo integral de sus habitantes, aunque se acercaba ya, peligrosamente, a los límites que garantizaran esa convivencia y ese desarrollo. Era Vitoria, en aquella época, una ciudad amable, recoleta, íntima, casi familiar, de una mesura y equilibrio admirables, en la que sus tonos mesurados y correctos no habían sido todavía ahogados por las estridencias de fábricas y motores.

    Era además una ciudad que respiraba armonía, equilibrio y proporción por sus cuatro costados, sin grandes esplendores monumentales, sin magnificencias extraordinarias en sus espacios naturales, la racionalidad y la concreción de su trama urbana y la ordenada sucesión de sus paisajes y perspectivas urbanas, hacían de ella una ciudad admirada por cuantos la llegaban a conocer.

    Como siempre lo había sido, en todo lo concerniente a su naturaleza y a su esencia, Vitoria era, a la sazón, celosa cuidadora de sus tradiciones, usos y costumbres y de los restos de la exuberancia cultural de que había hecho gala a lo largo del siglo XIX y principios del XX, que le hizo merecedora del apodo de “Atenas del Norte” y que empezaba ya a acusar los embates del incipiente desarrollismo que más tarde habría de desfigurar, de forma muy importante, la fisonomía social y urbana de la ciudad. Vitoria llevaba, también, a sus espaldas el remolquete de ciudad “levítica”, en alusión despectiva a la abundante presencia de hábitos talares en su paisaje ciudadano, que se había producido durante un largo período de su historia, en el que la Diócesis de Vitoria abarcaba las tres provincias hermanas y la Sede episcopal y el Seminario Diocesano residían en nuestra ciudad. Pero esta circunstancia no influía de forma determinante en el comportamiento religioso de la sociedad vitoriana, que por su talante reflexivo y liberal fue siempre muy poco propicia a aceptar imposiciones. No obstante hay que señalar que en aquella época, todavía permanecía latente en buena parte de la sociedad un profundo sentimiento religioso.

    Al hablar de los espacios públicos de encuentro y de estancia con que en aquel entonces contaba Vitoria, se impone mencionar el Parque de la Florida, pretencioso y fanfarrón que con sus vericuetos y sus senderos sinuosos, su “montañita”, su bulliciosa cascada, su río que de ella nace, sus rincones semiocultos, sus frondosidades de rancio abolengo botánico, busca disminuir su pequeñez, pretendiendo una dimensión muy lejana a la suya real. Pero romántico, coqueto, insinuante, escenario de tantos y tantos idilios y escarceos amorosos. Y su ruedo, severamente custodiado por la dura mirada de los reyes godos, con su templete central de rica y engalanada fundición, blanco de fotógrafos y pintores cuando el sol de otoño tuesta las hojas de los castaños y perfora atrevido la filigrana de sus orlas. Tribuna de melodías y tonadas, palenque de bailes y danzas, lugar de encuentro. El Parque de la Florida es, sin ningún género de dudas, el espacio más frecuentado y estimado por los vitorianos.

    Entre aquellas costumbres y tradiciones que la Vitoria de mediados del s. XX cuidaba con esmero, había una que merece especial mención por su extensión y su arraigo en todas las capas sociales de la población. Me refiero a la instalación de belenes.

    En aquel ambiente de fervor y entusiasmo belenista surgió, en algunos aficionados, cuyos nombres voy a silenciar pues son de sobra conocidos, y porque lo relevante de cualquier proyecto no es la autoría del mismo, si no los motivos que lo originan y la ejecutoria del mismo, la idea de dotar a Vitoria, a los ciudadanos de la misma, de un belén público que constituyera la versión colectiva de aquella afición que por su extensión había cobrado ya carta de ciudadanía.
    Y al pensar en cual podría ser el emplazamiento más adecuado para su instalación, inmediatamente afloró el Parque de la Florida que, por su representatividad urbana, por su vigencia en la vida ciudadana y, sobre todo, por su configuración paisajística, era el escenario ideal para acoger esa versión agigantada de cualquier belén popular.

    Los criterios que se adoptaron para la instalación de este belén, consistía en que la estructura, y el tratamiento de todas sus escenas, incluso las vestimentas, las posturas y el estilo de sus personajes, fueran lo más semejante posible a los clásicos de los belenes tradicionales de la época. Que la secuencia de sus escenas estuviera compuesta fundamentalmente por los tres motivos esenciales de todo nacimiento: el misterio del nacimiento de Jesús, la anunciación del ángel a los pastores, y la cabalgata de los Reyes de Oriente, acompañadas de algunas otras figuras clásicas, pero sin llegar a la profusión abigarrada de imágenes que podrían disminuir el clima de misterio y recogimiento que se pretendía, necesario, a mi juicio, en todo Belén, pudiendo, incluso, caer en la chabacanería. Que los efectos auxiliares de iluminación y sonido, fueran tratados y dosificados con exquisito cuidado para lograr los realces deseados sin caer en interferencias negativas.

    Adoptados estos criterios, la primera operación a llevar a cabo consistía en la fabricación de las figuras a tamaño natural en escayola moldeada y pintada con pinturas y barnices antihumedad, realizada con todo esmero e ilusión por eminentes artistas y artesanos de la ciudad. Para la fabricación de toda la imaginería del nacimiento se tomaron como modelo figuras de artesanía de la localidad gerundense de Olot, muy en boga a la sazón. Cabe resaltar, a este aspecto, la gran semejanza de las figuras con sus modelos respectivos, lograda por los artífices que las realizaron, cumpliendo así uno de los objetivos establecidos.

    Las instalaciones de iluminación, sonido, y demás medidas complementarias corrieron a cargo de los equipos técnicos municipales bajo las indicaciones y dirección de los belenistas autores de la idea.

    Y por fin llegó el día del montaje del belén. No quiso la madre naturaleza colaborar con su bonanza a la empresa, como tantos vitorianos lo habían hecho, y nos obsequió con una hermosa nevada y con gélidas temperaturas. Fue aquel, el invierno de 1.962, uno de los más fríos que se recuerdan, al decir de los mayores del lugar y, según las crónicas de entonces el termómetro descendió hasta los 23º por debajo de cero en las afueras de la ciudad. En el Parque de la Florida, el día en que se llevó a cabo la instalación de las figuras del belén se estuvo trabajando a menos de 13º. Pero el calor del entusiasmo y de la ilusión puesto a contribución por el equipo de montaje superó en demasía la dificultad que representaban las adversas condiciones meteorológicas y la empresa se culminó con todo éxito. Y allá, precariamente, en una hermosa gruta artificial del parque, al calor de una chispeante y luminosa hoguera, el Divino Nacido, su madre María y José. Y allá, también, en un cercano bosquecillo, los pastores que guardaban sus rebaños, escuchaban aturdidos el sublime mensaje de paz, cegados por el resplandor del ángel oculto. Y por aquellos caminejos de tierra batida de la Florida, que de ningún sitio vienen y a ninguna parte van, zagales, y arrieros se encaminaban hacia la gruta, con la ansiedad de encontrar al Dios hecho hombre, impresa en sus rostros. Solo los Magos de Oriente faltaron a la cita, porque la cortedad del tiempo transcurrido desde que la idea de este Belén afloró en la imaginación de aquellos aficionados hasta su instalación, había impedido su realización, pero estando garantizada su presencia para años venideros.

    Y desde entonces, desde la Navidad de 1962, este parque es el escenario en que todos los vitorianos reciben el mensaje divino de ESPERANZA, de PAZ y de AMOR.

    Luis Mª Sánchez Iñigo


    *HACIENDO BELENES*;EFECTOS ESPECIALES DEL BELÉN DEL CARMEN:
    SONIDO DE TERNEROS Y CENCERROS


    Número 3; OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE 2001



    Pedro Pablo Glez. Mecolay



    El pasado año estrenamos en el Belén del Carmen un efecto acústico de singulares características; se trataba del sonido de un rebaño de terneros con sus mugidos y cencerros. La idea no era nueva, ya que hace muchos años en un nacimiento, creo recordar que instalado en las antiguas dependencias de las Hermanitas de los pobres, en Portal de Villareal, ya fue utilizado, aunque manualmente.

    Algunos que ya peinan canas, se acordarán de unos pequeños botes imitación a una escala más reducida de los de leche condensada La Lechera, que al ser volcados imitaban el mugido de un ternero con un realismo fantástico. Desde hace ya dos años, la firma de juguetes IMAGINARIUM, (sita en nuestra ciudad en la calle Dato), vende este mismo bote, aunque con la publicidad de su firma.

    Pues bien, se trataba de idear una máquina que realizase mecánicamente el volcado de estos botes y accionase los cencerros cuando lo deseáramos.

    Los materiales a emplear no son muchos, (foto 1), tantos botes de Imaginarium como queramos colocar, (en nuestro caso cuatro), un motor silencioso y preferiblemente lento, (aproximadamente 20 r.p.m.), cencerros de diversos tamaños, varias maderas, material eléctrico y otros.

    Lo primero que haremos es un soporte que nos permita fijar verticalmente el motor, al que previamente habremos instalado en su eje una tabla de forma circular. Sobre este círculo fijaremos los botes de “Imaginarium” que hemos decidido instalar. No olvidemos que es mejor colocarlos en el sentido del giro, para que al ser volcados la caída y el sonido sea más efectivo.

    A este mismo soporte circular giratorio al que hemos añadido los botes, colocaremos unos topes con los que haremos sonar irregularmente los cencerros. Como podemos ver en la 2ª fotografía, bastará un poco de ingenio para que al paso de estos topes los cencerros sean meneados y suenen con fuerza.

    Siempre habrá alguno que piense, que todo este trabajo se puede evitar con simplemente grabar en una cinta de radio-casette y reproducirlo en el momento preciso. Efectivamente si, pero como buen belenista, uno no puede renunciar al placer de experimentar con este, y otros muchos artilugios de los que en próximas entregas daremos razón.

    Pedro Pablo Glez. Mecolay
    Presidente de la Asociación Belenista de Álava


    “Decidí repetir en cuanto acabaron los cursillos del 2000”


    Número 3; OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE 2001


    Desde el pasado 12 de Septiembre, vienen desarrollándose los Cursillos Belenistas 2001, impartidos por Carlos González y Eugenio Trincado, con 27 personas deseosas de aprender nuevas técnicas que les permitan desarrollar su creatividad belenista. Hemos hablado con una de las cursillistas, Amparo Cid Márquez, que nos transmite sus opiniones sobre los cursillos.

    Bueno, este es el segundo año que realizas los cursillos, ¿no?
    Pues sí. El año pasado me gustó, sobre todo por el hecho de estar en “plan familia grande”. Decidí repetir en cuanto se acabaron los cursillos del 2000.

    ¿Qué idea tenías cuando te presentaste aquí?
    No tenía ni mucho menos una idea exacta de lo que iba a aprender. Aunque me daba igual que fuese tema figuras que belenismo puro y duro… Tal vez os falle la presencia en medios informativos…

    ¿Cómo te enteraste de los cursillos?
    Bueno, todos los años voy a la exposición del Carmen, y allí, por un amigo del barrio, me enteré de ellos…

    ¿Qué sensación te llevaste de los cursillos?
    Aunque acabé muy contenta, me supo a poco. Si por mí fuera, estaría desde Abril “dale que te pego” en los cursillos, más relajados, … pero comprendo que vosotros tenéis trabajo todo el año.

    Y decidiste repetir…
    Pues sí. Quería y quiero aprender más, no da mucho tiempo en tres meses. El hecho de que este año se haya adelantado en un mes el periodo de cursillos, me parece una idea estupenda, totalmente necesaria…

    En cuanto a contenido y asesoramiento…
    Bueno, la relación entre profesores y alumnos es buena, todos estamos atendidos, aunque puede que haya acaparamiento por determinados cursillistas… Me gustaría poder profundizar en temas como pintura, aperos, etc. .. y la perspectiva en los dioramas, que es lo que más nos cuesta.

    ¿Estás contenta con tu trabajo en estos cursillos?
    Sí, porque estás a gusto trabajando, disfrutas, haces amistades, y aprendes mucho, garantizado. Aunque lo que más me faltan son ideas.

    Respecto a la fecha final, la última semana de Noviembre…
    Bueno, nos tendremos que “poner las pilas”, para intentar acabar, ya que vosotros entráis en periodo frenético….

    Pues muchas gracias, y desde luego, esta tu casa y la de todos los cursillistas. Gracias Amparo.
    Nada hombre, a vosotros, y haber con que nos sorprendéis este año.

    EL BELENISMO EN LA RED


    Número 3; OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE 2001


    En este número de ARABELÉN, os ofrecemos 4 nuevas direcciones que esperamos os parezcan interesantes.

    Belén viviente de Buitrago de Lozoya: En esta interesante dirección podremos conocer a los protagonistas de este belén viviente madrileño. Http://www.civila.com/hispania/belenviviente/

    Artesanía belensita: En esta página del Centro Tecnológico de la Artesanía de Murcia, podrás adquirir figuras vía internet. Http://www.ctartesania.es/scripts/versectores.idc?cod=2

    Orígenes de la Navidad: Página dedicada a la historia de la Navidad que recoge los distintos ritos típicos de estas fechas. Http://webs.sinectis.com.ar/mcagliani/navidad.htm

    Asociación Belenista de Álava: Si todavía no has visitado nuestra página web, no te lo pienses y teclea… Http://pagina.de/arabelen

    LA EVOLUCIÓN DE LOS NACIMIENTOS


    Número 3; OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE 2001


    Si nos remontamos sobre cincuenta años atrás, vemos como han evolucionado las distintas formas o técnicas de construcción de los belenes o nacimientos.

    Antes, en las familias, la mayoría de los niños montaban sus nacimientos con los medios más baratos y rudimentarios en una caja de cartón o madera, sobre una mesa o repisa, y con elementos tales como el musgo o líquenes, ramitas de árboles, pequeñas piedras, cortezas de árboles, todo ello recogido en el campo, y se completaba con serrín de madera, arena y escorias de carbón.

    En el mercado, se adquiría el corcho en cortezas o en planchas; con estas últimas se construían casas, puentes, molinos, pozos, etc. Con las cortezas se formaban las grutas o portales de Belén.

    Los ríos se montaban con papel de estaño o cachos de cristal pintado. Asimismo las hogueras con papel de talco encarnado y pequeños trozos de madera o palitos.

    Las figuras que podía adquirir un niño con sus ahorros, eran las más corrientes, las que se denominaban de “cacharrería” o bien de cartón (recortables).

    El montaje del Belén era normal en la mayoría de los hogares, pero sobre todo por parte de los niños, y era un gran orgullo para ellos, sus padres o familiares, mostrar aquellas pequeñas obras de arte, a sus amistades o compañeros. Los trabajos en los que se utilizaba la escayola eran todo un avance en la época.

    Hoy toda esta técnica es historia en su mayoría.
    Los Belenes, pesebres o nacimientos, que hoy se construyen y se montan en hogares, parroquias, colegios u otros entes, son extraordinarios, y para su consecución se invierten una considerable cantidad de horas, a veces durante todo un año.

    Los medios para su montaje, son múltiples e innovadores, tales como: juegos de luces, hogueras, fuentes, norias, etc., complementos eléctricos muy conseguidos.

    Los decorados paisajísticos con fondos de desierto, u oasis de escayola han dejado paso en gran parte, al poliestireno expandido o poliespán, muy fácil de trabajar con un cútter, para conseguir formas en la construcción de edificaciones, grutas, montes, etc.

    Qué vamos a decir de las figuras… hay un sinnúmero de ellas, bien solas o en conjuntos, que son verdaderas obras de arte de la imaginería belenista, sobre todo las confeccionadas en arcilla “a palillo”, pintadas y cocidas.

    También tenemos en el mercado figuras cuya materia prima es el plástico, marmolina, cristal, madera o alabastro.

    El costo del montaje de un nacimiento, hoy es considerable, si bien merece la pena esta inversión para cumplir una hermosa tradición, y para nuestro recreo visual. Aunque por el precio que pagamos por una figura de 10 cms. por ejemplo, aún podemos instalar un portal de Belén, incluso con animales, de las todavía existentes figuras de cacharrería o murcianas.

    Lo que no pongo en duda es que tanto antes como ahora, el montaje de una nacimiento, belén o pesebre, el cariño con que se realiza, es fuente de inspiración, y que una vez conseguido y durante el periodo navideño, motivo de satisfacción y acicate para mejorar, innovar y crear próximas obras belenistas.

    Debemos seguir manteniendo con mimo este arte, sobre todo en los niños, ya que es fuente de unión en las familias y entre colectivos.

    Ya no me queda más que desearos una feliz Navidad en compañía de vuestro Belén.

    Carlos Glez. Sarralde
    Maestro Belenista de la Asociación Belenista de Álava
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